EL DOLOR: LO QUE TODO TÉCNICO SANITARIO DEBE SABER

Dolor, que es y tipos

¿Qué es el dolor realmente?

La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) lo describe como una experiencia desagradable que puede estar vinculada a un daño tisular real o potencial.
No se trata solo de un estímulo físico. El dolor también involucra aspectos emocionales, sociales e incluso espirituales que modifican cómo cada persona lo percibe.

El dolor no se mide con una regla

Seguro que ya lo has visto en tu día a día: dos pacientes con la misma patología y, sin embargo, uno apenas se queja mientras el otro lo describe como insoportable.
Esa diferencia no está en la lesión, sino en la forma en que cada persona procesa y vive el dolor. Como técnicos, debemos escuchar con atención y observar. A veces, un gesto dice más que un número en la escala analógica visual.

Clasificaciones del dolor: tu mapa rápido

🔹 Según su evolución

  • Agudo ⚡: Llega de golpe, con una causa concreta y limitada. Cuando solucionamos el origen, el dolor se va.
  • Crónico ⏳: Se instala más de tres meses. Incluso aunque la lesión ya no esté activa, sigue acompañando al paciente.
  • Recurrente 🔄: Aparece por brotes. Hoy no duele, mañana sí, y puede convertirse en un reto para el seguimiento.

🔹 Según la fisiopatología

  • Nociceptivo: Lo clásico, provocado por daño en tejidos.
    • Somático: Localizado y reconocible.
    • Visceral: Más difuso, como una opresión que cuesta señalar con el dedo.
  • Neuropático: Aquí la culpa es del sistema nervioso. Dolor persistente, difícil de controlar con analgésicos habituales.
  • Nociplástico: Sin lesión clara, pero con un sistema nervioso que procesa el dolor de forma alterada. Todo un desafío clínico.

🔹 Según la localización

  • Somático 🦴: Músculos, huesos, piel. Fácil de ubicar.
  • Visceral 🫀: Órganos internos. Difuso y molesto.
  • Referido ↔️: Aparece en un lugar distinto al origen.
  • Radiado 🌐: Empieza en un punto y se expande por zonas vecinas.

¿Por qué es clave para nosotros?

Porque comprender el dolor nos permite interpretar mejor al paciente, colaborar con el equipo y anticiparnos a necesidades de cuidado. No es un simple síntoma, es una experiencia global.
Si logramos identificar de qué tipo se trata, podemos dar un paso adelante en nuestra práctica: desde acompañar al paciente hasta mejorar la comunicación con enfermería y médicos.

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