¡Bienvenidos a una nueva entrada de Blog del Rincón del Técnico Sanitario! Hoy en, ¿sabías que…? La ciencia detrás de la lateralidad.
La lateralidad, es decir, la preferencia por usar más una mano que la otra, es un fenómeno intrigante que ha desconcertado a científicos y expertos durante siglos. La mayoría de las personas son diestras (aproximadamente el 90%), mientras que una pequeña porción de la población es zurda (alrededor del 10%). Un porcentaje aún más reducido es ambidiestro, es decir, capaz de usar ambas manos con igual destreza. ¿Pero qué causa esta diferencia? ¿Por qué unos nacen zurdos y otros diestros? En este artículo de Rincón del técnico sanitario, exploraremos las razones detrás de la lateralidad, su impacto en el cerebro y lo que la ciencia ha descubierto sobre la genética y el desarrollo neurológico que influyen en esta fascinante característica humana.
La genética de la lateralidad
Una de las primeras preguntas que surge es si ser zurdo o diestro está determinado genéticamente. Aunque no existe un «gen de la zurdera» como tal, los estudios sugieren que la genética desempeña un papel importante. Se ha observado que los hijos de padres zurdos tienen más probabilidades de ser zurdos en comparación con aquellos cuyos padres son diestros.
Sin embargo, la genética no lo explica todo. Muchos gemelos idénticos, que comparten el 100% de su ADN, pueden tener diferentes preferencias en cuanto a qué mano utilizan.´
Los investigadores creen que múltiples genes, en lugar de uno solo, contribuyen a la lateralidad. Un estudio reciente identificó varias variantes genéticas relacionadas con el desarrollo del cerebro que podrían influir en si una persona se vuelve zurda o diestra. Estas variantes parecen afectar cómo se desarrolla la simetría en el cerebro durante el embarazo, lo que nos lleva a la relación entre la lateralidad y la organización cerebral.
El cerebro y la lateralidad: ¿Qué ocurre en nuestras cabezas?
El cerebro humano está dividido en dos hemisferios: el izquierdo y el derecho, cada uno de los cuales controla el lado opuesto del cuerpo. Por ejemplo, el hemisferio izquierdo controla la mano derecha y viceversa. Este fenómeno se llama control contralateral. Para la mayoría de las personas diestras, el hemisferio izquierdo es el dominante, mientras que en los zurdos, el hemisferio derecho suele tener más influencia.
Curiosamente, la lateralidad no se limita solo a las manos. A menudo, las personas diestras también muestran una preferencia por el lado derecho en otros aspectos de su vida, como el ojo, la pierna o el oído que prefieren usar. Esto también sugiere que la lateralidad está relacionada con cómo se organiza el cerebro para procesar información sensorial y motora.
En los zurdos, sin embargo, el cerebro a menudo presenta una mayor variabilidad en cuanto a qué hemisferio controla ciertas funciones. Esto ha llevado a la hipótesis de que los zurdos pueden tener cerebros más «interconectados» entre los hemisferios, lo que podría explicar por qué a veces tienen una ventaja en tareas creativas o en deportes que requieren coordinación mano-ojo.
El desarrollo neurológico y el ambiente
El desarrollo neurológico temprano es clave en la determinación de la lateralidad. Las primeras diferencias en la preferencia de la mano pueden comenzar a observarse ya en el útero. Algunas investigaciones han mostrado que los fetos ya muestran una tendencia a chuparse el pulgar de una mano en particular, lo que sugiere que la lateralidad comienza antes de que nazcamos.
Sin embargo, aunque la genética y el desarrollo neurológico son factores importantes, el entorno también puede influir. En muchas culturas, ser zurdo ha sido históricamente desalentado, y muchos niños zurdos han sido «entrenados» para usar la mano derecha, lo que puede influir en su desarrollo motor y cognitivo. Aunque en la actualidad este tipo de prácticas es mucho menos común, los factores culturales y educativos pueden tener cierto impacto en la expresión de la lateralidad.
Ser ambidiestro: ¿Una ventaja?
Aunque la mayoría de las personas tiene una mano dominante clara, algunos son ambidiestros, es decir, pueden usar ambas manos con igual destreza. Ser ambidiestro es bastante raro y plantea algunas preguntas interesantes. ¿Son los ambidiestros más flexibles a nivel cerebral?
Algunas investigaciones han sugerido que los ambidiestros podrían tener cerebros con una mayor capacidad de adaptación o plasticidad. Sin embargo, esta característica no siempre es una ventaja. Algunos estudios sugieren que las personas ambidiestras pueden tener más dificultades con la especialización de tareas, ya que su cerebro no muestra una clara preferencia por un hemisferio dominante. Esto podría afectar la forma en que procesan información compleja o realizan tareas que requieren mucha precisión.
¿Interesante verdad? ¿Conocías estos datos a cerca de la lateralidad?
¡Esperamos que esta entrada de Blog te haya encantado! Te esperamos para seguir descubriendo curiosidades sobre el apasionante cuerpo humano y otros contenidos de interés para nuestros compañeros Técnicos Sanitarios.
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